jueves, 4 de octubre de 2012

"Hay la verdad y... LA VERDAD"

¿Existe realmente algo que sea igual para todos? ¿Hay una verdad, ultima, universal y taxativa? ¿Podremos decir alguna vez, con toda firmeza "es así, no hay vuelta que darle", sabiendo que nadie podrá revocarla? 
Por mi parte, no se bien que verdad busco... Pero se que cualquier intento de buscar un tipo de verdad es mas engañoso que el mas oscuro de los embustes.

En ocasiones, creo que la verdad es poder llegar a ver cuanta miseria hay dentro de cada uno, sacarla a la luz y poder decir "al final, nadie es tan increíble como parece". Otras veces, en cambio, creo que yo y mi manera critica de ver las cosas somos las encargadas de mostrarle al mundo que cuanto mas creemos estar cerca de la verda, es cuanto mas lejos de ella estamos. En otras situaciones, me canso de sentirme una heroína que va por el mundo descubriendo engaños y trampas, y pienso que me encantaría ser un poco menos lógica... 

"Mi amigo me dice que soy un sensible, mi papa piensa que soy un pelotudo", dice "El emo", personaje famosisimo de Capusotto. No sé si mi viejo piense que soy una pelotuda, pero yo a veces si me siento así... Por el hecho de buscar esa verdad, ultima y maldita, en donde pueda descansar de todos mis laberínticos pensamientos... Y, como un balde de agua fría, me cae encima una pregunta que no se de donde viene:
"¿Que es lo que estas buscando?"

Y ahí caigo de mi pedestal intelectual y me doy cuenta que solo soy una mujer, casi casi, pisando la tercer década, que se sigue haciendo la misma pregunta que cuando tenia 15 años... ¿Que es lo que estoy buscando? ¿Que es lo que quiero de la vida? ¿Quiero tener a alguien a mi lado o mejor estar sola?
Creo que son preguntas sin respuesta, y esa es la única verdad que encontré. Uno va por la vida caminando, corriendo o gateando, pero jamas puede contestarse esa pregunta hasta no estar bien entrado en años... y a veces ni así se las contesta...

Tener o no tener a alguien, tener o ser el falo, ser arquitecto o ingeniero, tocar la guitarra o la mandolina, tener hijos o tener perros... A veces la pegamos y tenemos lo que queremos y a veces, por hacer lo que creemos que queremos, pero que en realidad es lo que otros nos quieren, nos damos cuenta tarde que nunca hicimos lo que quisimos...

En lo que a mi concierne, no hay LA VERDAD, por el simple hecho de que para que exista es condición indispensable que todo sea siempre dentro de las mismas condiciones o bajo las mismas leyes... Entonces, jamas podríamos hablar de una verdad única y axiomática para todos. Ni siquiera para uno mismo.
Yo no soy la que fui ni soy la que seré. Hoy soy yo y mañana también... pero diferente. Ayer también era yo, pero hoy no me reconozco en aquella que fui. 

Me pase noches tratando de buscar esa Verdad ultima que me diga a que estoy destinada, alguna señal, una luz en el camino que me diga para donde carajo correr... Llore, grite y patalee tratando de entender porque las cosas son tan difíciles a veces, y si, en ultima instancia no es uno mismo el que las hace difíciles. Y ahí aparecía otra  pregunta ¿Por que nos hacemos las cosas mas difíciles? Por que, en situaciones, terminamos siendo nuestro peor enemigo. Quizá por miedo, quizá porque, después de todo, seguramente no era lo que queríamos pero no supimos verlo a tiempo... 

Muchos quizá, que no terminan respondiéndonos nada... 

Y ahí, en ese instante, cuando ya nos estamos por quedar dormidos, nos despertamos del sueño que es nuestra propia vida... Y vemos, veo, que la vida no es mas que caminar... Un caminar sin rumbo, en terrenos desconocidos, pero jamas perdiendo la capacidad de sorprendernos con cada cosa que vemos en el paisaje. Sin dejar de lado esa hermosa curiosidad que nos lleva hasta lugares en los que jamas nos creímos poder estar... Y, ahí, caminando, disfrutando del paisaje, de las pequeñas cosas de la vida, del día a día, comenzamos a agradecer que no haya una verdad única, final y taxativa que le de sentido a nuestra existencia... Porque el sentido esta ahí, en el sinsentido que es la vida, en el remolino incontrolado e impredecible que cada uno hace con los latidos que le quedan en el corazón...

No hay Verdad, pero hay vida... Y la suficiente como para seguir caminando y seguir recorriendo. La necesaria para conocer a toda la gente que tengamos que conocer; para derramar las lágrimas que debamos derramar; para amar loca y apasionadamente todas las veces que podamos amar...

Hay verdades, si, pequeñas, circunstanciales y relativas. Verdades como que hoy dormís con ella pero queres dormir conmigo; verdades como que hoy estoy sola, y lo prefiero, antes que compartir un hombre con otra... Verdades como que soy esto que soy y que algún día aparecerá alguien a quien le enamore mi manera de ser... Verdades diarias, como que me gustan los chicos pero tengo perros, que no me gustan las palomas pero están en todos lados a donde voy... Verdades con las que lidiar, como que soy una persona muy lógica y siempre me voy a cuestionar todo, porque mi espíritu es rebelde... Verdades tan miserables como ver que pasan los años y que sigo preguntándome las mismas cosas...Verdades cotidianas, como que ya es muy tarde y mañana hay que ir a trabajar...


No hay comentarios:

Publicar un comentario